¡Hola! Soy Ola (en Polonia, Ola es una versión corta del nombre Aleksandra – no sé por qué). ¿Cómo es escuchar a la gente decir tu nombre cien veces al día aunque no estén hablando contigo? Al principio es extraño, pero te acostumbras. ☺
Desde principios de octubre, estoy participando en el programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad en Barcelona. Como voluntaria, colaboro con la Fundació Catalunya Voluntària. A pesar de que llevo relativamente poco tiempo aquí, ya he tenido la oportunidad de participar en tres eventos organizados por la fundación.
“Volunteering for Peace” trató, entre otras cosas, de promover el voluntariado en los países mediterráneos y ayudó a los representantes de otras organizaciones con un perfil similar a conectarse. Esto les permitirá colaborar más eficazmente en el futuro y organizar juntos más iniciativas y proyectos interesantes.
“Ecorasmus 360 Degree” abordó cuestiones relacionadas con el medio ambiente y la ecología. Ahora entiendo lo importante que es considerar el impacto ambiental en cada proyecto, independientemente de su objetivo principal. ¡Cuidemos nuestro planeta!
“Our Story – Storytelling for LGBTQA+ Community Wellbeing” me abrió los ojos a los problemas y desafíos que enfrentan las personas LGBTQA+ a diario. Antes, no entendía completamente la importancia de un entorno tolerante y el sentido de pertenencia y comunidad con otras personas. Esta experiencia me enseñó lo crucial que es apoyar la diversidad y crear espacios donde todos se sientan aceptados y seguros.
Cada uno de estos eventos fue único, trató temas sociales importantes y me ayudó a ampliar mi perspectiva. Fue una experiencia increíble y una oportunidad para conocer a personas de todo el mundo y aprender datos fascinantes sobre sus culturas y tradiciones. Además, mejoré mi inglés y establecí mis primeras amistades internacionales.
Al mismo tiempo, pude ver cómo funciona en la práctica el trabajo de una fundación. Antes no sabía mucho sobre este sector, así que tenía mucha curiosidad por entender cómo es trabajar en una organización sin fines de lucro que se centra, entre otras cosas, en la educación no formal. Este tipo de educación, que tiene lugar fuera de los sistemas escolares y académicos tradicionales, es más interactivo y flexible, lo cual me pareció muy interesante. Me encantó ver cómo se puede adaptar eficazmente a las necesidades de los participantes organizando talleres atractivos, juegos de simulación, proyectos grupales o narración de historias. Ahora entiendo por qué la educación no formal es tan popular en organizaciones juveniles, programas internacionales como Erasmus+ y diversas iniciativas sociales.
¿Por qué elegí Barcelona entre tantas opciones de voluntariado? La respuesta es simple: porque es Barcelona. ☺ Ahora en serio. Cuando pienso en por qué los polacos aman Barcelona, en la cima de la lista definitivamente está el clima. ¡20 grados y cielos despejados en noviembre… es imposible no sonreír!
Camino por las calles de Barcelona y no puedo evitar sonreír como si acabara de escuchar el mejor chiste del mundo. Es difícil estar de mal humor cuando te sientes como si estuvieras de vacaciones, incluso cuando te diriges al trabajo. Esta hermosa ciudad está llena de monumentos históricos, artistas callejeros, vistas impresionantes y turistas que pasean por sus calles. Quizás por eso cada día aquí tiene un aire vacacional. Todos los días hago largas caminatas para descubrir nuevos rincones de la ciudad, quemar algunas calorías y hacer espacio para los deliciosos manjares catalanes: tapas, paella, empanadas, mariscos y, por supuesto, sangría. ☺ Hay algo para todos aquí: desde exposiciones de arte, conciertos, restaurantes de todo el mundo, cafeterías y museos, hasta fiestas de música techno, que abundan.
En Barcelona vivo en la Barceloneta. Todavía no puedo creer que el mar esté a solo 3 minutos a pie de mi casa. Comparto mi piso con tres compañeros: uno de Italia, uno de México y otro de Colombia. Hablamos en inglés porque recién estoy empezando a aprender español y catalán. Me alegra que, a pesar de nuestras diferencias culturales, hayamos encontrado un idioma común tan rápidamente.
Estoy muy contenta de que todavía me queden cuatro meses en Barcelona. No tengo idea de cómo han pasado los dos primeros. Cada día es una nueva lección, una nueva aventura y recuerdos inolvidables. Con cada paso, conozco esta ciudad aún más, y con cada experiencia, crezco como persona. Estoy constantemente convencida de que tomé la mejor decisión posible. Esta ciudad me inspira, me sorprende y me enseña a ser abierta al mundo y a las personas. De esta experiencia no solo me llevo nuevas habilidades, sino también recuerdos y amistades que espero duren toda la vida. Estoy segura de que esta aventura es solo el comienzo de algo más grande, y que más viajes, desafíos y proyectos emocionantes me esperan a la vuelta de la esquina.