Durante el período del 21 al 31 de agosto, un grupo de siete catalanes formado por Abel, Albert, Isabel, Joselyn, Laura, Lara y David, tuvimos la oportunidad de participar en un intercambio juvenil en la población de Brebu (Rumanía) con el objetivo de explorar el mundo del emprendimiento juvenil, junto con participantes de Italia y Grecia, además de los del propio país anfitrión.

Los primeros días estuvieron destinados a romper el hielo y establecer la base para una colaboración efectiva. Compartimos nuestros miedos, expectativas y nuestras contribuciones de cara al proyecto que justo acabamos de iniciar. Esta actividad nos permitió conocernos mejor y comprender nuestras diferencias culturales.

A medida que avanzábamos en el programa, nos sumergimos en el tema del emprendimiento. Discutimos conceptos económicos fundamentales y los valores esenciales que deben guiar a cualquier persona que aspire a iniciar su propio negocio. Además, exploramos la importancia de las habilidades comunicativas para vender productos o servicios y atraer la atención de potenciales clientes.

Uno de los momentos más destacados del proyecto fue la creación de nuestros propios planes de negocio. En primer lugar, nos dividimos en grupos y desarrollamos ideas empresariales a partir de los conceptos explicados anteriormente. Posteriormente, algunos de nosotros asumimos el papel de inversores y otros se convirtieron en emprendedores, presentando sus proyectos y tratando de persuadir a los inversores para que invirtieran en su negocio. Esta simulación nos permitió aplicar lo que habíamos aprendido y comprender los desafíos del mundo empresarial.

Además de las actividades centradas en el propio tema del programa, cada grupo nacional pudo exponer su historia y costumbres a través de la presentación de juegos dinámicos y creativos, la recreación de bailes regionales o una degustación de comida típica de cada país, lo que enriqueció nuestra comprensión mutua y fomentó el respeto por la diversidad de los distintos pueblos de Europa.

En resumen, este intercambio fue una experiencia transformadora para todos nosotros. Estos programas constituyen una herramienta valiosa para nuestro desarrollo personal y profesional, brindándonos las habilidades y la confianza necesarias para enfrentar el mundo empresarial con éxito. Así pues, estamos agradecidos por esta oportunidad y esperamos que más jóvenes se animen a participar en proyectos similares en el futuro.