La semana del 3 al 11 de septiembre tuvimos la oportunidad de sumergirnos en el mar negro, explorar la ciudad de Batumi, disfrutar de un espectáculo de danza tradicional, probar el famoso vino georgiano y hartarnos de queso con los Khachapuri. Todo ello en medio de un intenso intercambio de ideas entre jóvenes de Armenia, España, Estonia, Georgia y Ucrania, sobre el uso de la gamificación en el proceso de construcción de una sociedad más activa, solidaria y justa.

A través de una metodología no convencional que combina dinámicas de grupo, trabajo individual y sesiones teóricas hemos tenido la posibilidad de formarnos en un sector de última actualidad cuyo potencial puede y debe explotarse en el ámbito de la protección de derechos humanos. Asimismo, pudimos convertirnos en actores de cambio diseñando nuestros propios juegos educativos e implementándolos con jóvenes de una ONG local.

Distribuidos en tres grupos multinacionales, creamos tres juegos en los cuales se reflexiona sobre temas tan diversos como son la interculturalidad, el medio ambiente y la situación de los refugiados, temas muy presentes en una Europa convertida en escenario de guerra.

Esta experiencia ha resultado satisfactoria en muchos aspectos. Nos ha dado la oportunidad de trabajar en equipo, desarrollar nuestras habilidades comunicativas y creativas, así como descubrirnos experiencias personales y profesionales diversas y apasionantes. Además, fuimos testigos de primera mano de la hospitalidad de la sociedad georgiana a la que queremos agradecer por enseñarnos su cultura y tradiciones. 

El próximo octubre iniciamos la siguiente fase de formación en la cual vamos a exportar los proyectos a nuestras respectivas comunidades. 

¡Tenemos muchas ganas de afrontar el reto! 

Helena, Mikel y Júlia