Cada participante en un intercambio juvenil Erasmus se enfrenta a este momento: la velada cultural, donde tienes 15 minutos para presentar tu país.
Y entonces llega el pánico: ¿qué hacer?
¿Mostrar diapositivas con banderas y datos de población?
¿Cocinar un plato típico que la mitad del grupo no podrá comer por alergias?
Olvídate de las presentaciones estándar. Tu objetivo es crear una experiencia que haga que los demás recuerden tu país meses después de que termine la formación.
Bitsy te permite crear un juego pixelado sobre un día cualquiera en tu vida, sin escribir ni una línea de código. Imagina la escena: italianos, alemanes y españoles recorriendo literalmente tu mañana – despertándose en tu habitación, cocinando un desayuno con la receta familiar, yendo al mercado de tu infancia, cenando con tu familia. No solo observan, sino que viven tu día desde dentro. Tardarás unas horas en crearlo, pero la huella que deja es para siempre.
Notion se convierte en un escaparate cultural virtual donde puedes reunirlo todo. Crea una página como “Mi Cataluña en cinco sentidos” y añade sonidos reales de una tarde en la ciudad, fotos del Día del Libro y del Amor, melodías con las que bailaban tus padres de jóvenes. Los participantes podrán hacer clic, escuchar, explorar durante horas. Añade una sección con frases intraducibles de tu idioma – todas las culturas tienen estos tesoros. Tal vez incluso encuentres puntos en común.
Radio Garden pone tu ciudad en marcha en tiempo real durante la presentación. Haz clic en un punto del mapa y ahí está: tu radio local sonando justo ahora, a miles de kilómetros del centro del curso. Muestra cómo suena la mañana en tu barrio, qué música se escucha en los autobuses por la noche. Es pura magia: un participante polaco escucha la radio de Varsovia en directo, y uno portugués reconoce al instante una melodía de su infancia.
StoryMapJS crea un mapa interactivo de tus recuerdos. Cada punto es una historia: el parque donde aprendiste a montar en bici, el café donde os reuníais después del cole, la calle con tu primer cine. Los participantes viajan por tu vida, desplazándose por lugares reales con historias reales. Puedes añadir fotos, grabaciones de voz o incluso vídeos cortos.
¿Para qué hablar de cultura en abstracto si puedes mostrar la vida a través de los detalles, los sonidos y las historias personales? Estas herramientas crean una conexión emocional que se recuerda mucho más que las típicas charlas sobre “nuestras costumbres y tradiciones”. Años después, los participantes no recordarán las estadísticas de población de tu país. Recordarán cómo fue su actuación en Eurovisión, el sabor de la comida de tu abuela, el sonido de la lluvia en tu ciudad, y la sensación de haber estado en tu infancia durante cinco minutos.