En diciembre, participé en la Formación a la Llegada (OAT) en Jaca, una pequeña y acogedora ciudad en los Pirineos. Fue una experiencia interesante que recordaré durante mucho tiempo.
Desde el principio, incluso en el autobús hacia el centro de formación, hice amistad con uno de los otros participantes. Más tarde, descubrimos que compartiríamos habitación – ¡qué coincidencia! No podría haber pedido un mejor compañero. Todo el grupo era increíblemente amable y cercano, y estuvimos muy unidos durante toda la experiencia.
Yo era la persona de mayor edad en el grupo, pero a pesar de la diferencia de edad con algunos participantes, nos integramos sin problemas y encontramos muchos puntos en común. Todos los voluntarios veníamos de diferentes países y orígenes, lo que hizo que la experiencia fuera aún más enriquecedora. No solo fue una gran oportunidad para mejorar nuestro inglés, sino que también nos permitió conocer diversas culturas y ampliar nuestra perspectiva.
El día de nuestra llegada, realizamos algunas dinámicas para conocernos mejor. Fueron muy creativas y entretenidas. Nos dividieron en dos grupos: “artistas” y “modelos”, y nos sentamos en círculo, con cada artista frente a un modelo. El artista debía dibujar a la persona de enfrente y, después de un minuto, se movía a la siguiente persona y continuaba el dibujo. Así, al final, cada participante tenía un retrato propio.
Después, intercambiamos los retratos de manera aleatoria y, cuando la música paró, tuvimos que encontrar a la persona que aparecía en nuestro dibujo. Luego, le hicimos preguntas guiadas por los formadores. Gracias a esta actividad, aprendimos rápidamente los nombres de los demás y algunos datos básicos como la edad, el país de origen, etc.
Un dato curioso sobre la formación es que la mayoría de los talleres fueron en español, con algunas explicaciones en inglés (y las presentaciones escritas en inglés). Algunos participantes, incluido yo, no hablábamos español, por lo que seguir las sesiones fue un verdadero reto. Afortunadamente, algunos compañeros dominaban tanto el español como el inglés, así que nos organizaron en parejas con un “compañero traductor” para asegurarnos de entender mejor.
Cuando asistí a la OAT, ya estaba en la mitad de mi programa de voluntariado, así que no obtuve tanto provecho de la formación sobre cómo adaptarse a nuevas situaciones: estar en el extranjero, lejos de la familia y amigos, afrontar los desafíos del día a día, no conocer el idioma o sentirse solo e incomprendido. Todo esto tuve que aprenderlo por mi cuenta, con la ayuda de mi mentor. Pero estoy segura de que para alguien que acaba de llegar al programa, esta formación es realmente útil y valiosa.
Nos alojamos en un edificio de la Universidad de Zaragoza, algo parecido a una residencia estudiantil con auditorios donde realizábamos los talleres. Todo estaba en el mismo edificio, lo cual me pareció muy cómodo. Además, estaba muy cerca del centro de Jaca. Hicimos una visita guiada por la ciudad, lo que nos ayudó a conocer mejor el lugar y su historia. Más tarde, usamos ese conocimiento como pretexto para integrarnos aún más después de las sesiones. ¡Fuimos dos veces a un pub con DJ y pista de baile y por supuesto, bailamos muchísimo! Fue muy divertido y una excelente manera de celebrar y compartir juntos.
Un día, durante un descanso entre sesiones, dimos un paseo largo con una parada obligatoria para disfrutar de churros con chocolate. Pero la mejor actividad extra que logramos hacer fue asistir a un partido de hockey. Jaca tiene su propio equipo de hockey – el Club Hielo Jaca. Nunca había ido a un partido de hockey antes, así que no sabía qué esperar. Sin embargo, rápidamente me metí en el ambiente: fue súper emocionante y dinámico. Lo disfruté muchísimo, animando y gritando “¡Vamos, vamos, Club Hielo Jaca!”. Ahora me siento como la fan número uno del hockey. Estoy segura de que, si tuviera la oportunidad de repetir esta experiencia, lo haría sin dudarlo.
Actualmente, estoy de vuelta en Barcelona, y me llevo más que solo nuevas experiencias. He hecho amigos con los que puedo quedar de vez en cuando, tomar un café o salir de tapas. Esto es algo realmente valioso para alguien que acaba de llegar a una nueva ciudad.
La próxima formación será en Málaga, ¡y tengo muchas ganas de que llegue! <
¡Nos vemos pronto!☺
Aleksandra




