No tenía ninguna expectativa antes de llegar a la formación a la llegada. No estaba emocionada ni asustada. Quizá porque desde mi llegada a España, mi vida había cambiado tanto, que decidí estar abierta a experimentar cosas nuevas sin necesidad de análisis inútiles.

El viaje comenzó en la estación de Toledo. Nos recibieron dos de los coordinadores y nos acompañaron a nuestros apartamentos. Como sólo hablábamos del inglés, al principio no podíamos entender porque estábamos instalados dentro de un castillo! Seguro que yo no soy una princesa, pero estaba entusiasmada.

Tuvimos unos pocos minutos para nosotros, para desempaquetar y cenar. Y empezaron las actividades. La primera de ellas se llamaba “Rompiendo el hielo”. Era el nombre correcto.

Nos dividieron en dos grupos: los perezosos y los activos. Yo estaba entre los perezosos, por supuesto. Los activos cambiaban sus puestos. Los perezosos permanecíamos en nuestras sillas todo el rato. Teníamos que hablar con cada uno sobre un tema personal y dibujar una parte de su cara. Al final cada uno tenía su retrato hecho por, y entre, el resto de participantes.

Creo que este ejercicio nos ayudó a conocernos entre nosotros y comunicarnos sin vergüenza. Pero no fue la única cosa a hacer este día. Cada uno de nosotros tenía que elegir un pedazo de papel verde y naranja del sombrero. El verde tenía el nombre de una persona de la que tenías que tener cuidado durante la formación. Y el naranja, el nombre de una persona a quien besar secretamente para convertirla en “fantasma”.

Ganaría el juego la última persona “viva” al final del curso. Nadie conocía quien te podía “matar” o quien te podía besar. Era la primera noche y me sentía muy excitada e interesada. Pero, ¿qué nos esperaba para el día siguiente?

El día siguiente empezamos preparando y dibujando en un papel nuestro perfil de facebook. Fue un ejercicio con el que tuvimos que responder preguntas difíciles tales como: ¿Qué queremos hacer? ¿Qué queremos ver? ¿Qué tipo de amigos queremos tener? ¿Quién queremos ser? Lo que parecía un ejercicio simple se convirtió en una profunda conversación personal. Este día también hicimos un quiz sobre el seguro Cigna. La idea era simple, estamos en otro país y necesitamos conocer las normas del seguro. La actividad se convirtió en una competición alocada. Todo el mundo estuvo muy involucrado y focalizado en las preguntas. Después de esto creamos nuestro propio hashtag #EnjoyVS. ¡Búscalo!

El miércoles comenzamos con un paseo durante el cual hablamos sobre las cosas que nos gustaría aprender durante el SVE y durante nuestra vida. ¿Cuando pensamos hacerlo? Y dónde, y cómo… al principio fue difícil para mí elegir una de las muchas cosas que siempre había querido aprender. Me di cuenta de que soy inconsecuente, y de que si realmente quiero aprender cosas necesito planificarlo. ¡Ahora! Utilizamos insignias y símbolos para recordar aquellas cosas que queríamos aprender.

El cuarto día fue más intenso. Estuvimos hablando de estereotipos y modelos de género. Toda la actividad fue llamada “Pink and Blue” y terminó con el tema del feminismo. Al principio el tema fue abrumador, hasta que uno de los coordinadores nos questionó… quién puede ganar realmente gracias a los cambios propuestos por las feministas? No solo afecta a la conveniencia de la mujer, sino también a la armonía de vivir juntos, los hombres y las mujeres. ¿Tal vez nadie debe estar en la cima de la jerarquía mundial?

Este día también fue especial porque vimos un espectáculo de flamenco, preparado por un fantástico grupo de danza local. Me sorprendió la gracia con la que se movían en el escenario.

En el último día de actividades lo más importante fue la actividad de autoestima. Tuvimos que caminar alrededor del castillo. Había retos y preguntas ocultas que debíamos contestar. Algunas de ellas eran realmente importantes pero difíciles, como un simple: ¿Cómo estás? O ¿Cuál es tu sueño como voluntario de SVE? Después de eso, pudimos preguntar a nuestros coordinadores sobre su experiencia SVE, sus dudas, deberes, momentos felices y valores. Eso fue muy útil para entender todo el proceso SVE.

Todas las cosas que he descrito son sólo una pequeña parte de lo que hemos hecho en la formación a la llegada. Las habilidades que desarrollamos, la información que recibimos, los amigos que conocimos y los cambios que nunca esperábamos que tuvieran lugar en nuestras vidas, no son tan fáciles de plasmar en palabras. Así que si quieres saber lo que es una experiencia increíble, haz un SVE! ¡No te arrepentirás!

Izabela