Esta semana he estado en un Curso de Formación sobre Personal Branding. El objetivo del curso es mejorar la ocupación juvenil. Que los jóvenes de toda Europa tengan más recursos para entrar en el mercado laboral. El curso giraba en torno al desarrollo de la Marca Personal, nuestra forma de mostrarnos al mundo. Un curso intenso en el que hemos aprendido técnicas y herramientas de autoconocimiento, coaching, recursos humanos, etc. que nos serán de mucha utilidad en nuestras vidas y en nuestro trabajo con jóvenes.
El curso ha tenido lugar en la ciudad de Cluj – Napoca, en Transilvania (Rumanía). Este año es la capital de la Juventud Europea. Es una ciudad de ambiente juvenil, sobre todo universitario. Durante la semana hemos realizado actividades, debates, talleres, y hemos recibido la visita de expertos en diferentes ámbitos. Ha sido muy interesante compartir experiencias, cada uno en sus diferentes áreas de trabajo, en un ambiente distendido, métodos basados en educación no formal, además, hemos tenido la oportunidad de crear y llevar a cabo nuestro propio taller.
En mi caso, llevé a cabo junto con mi compañero Rubén, un taller sobre Inteligencia Emocional, de una hora de duración aproximadamente. Fue una oportunidad única de poner a prueba nuestra capacidad como “trainers”, de presentar y gestionar un taller para jóvenes. Realmente me siento orgullosa del trabajo que realizamos, tanto en la preparación como en la realización del taller. Fue muy positivo recibir feedback de nuestros compañeros, que asistieron al taller. ¡Continuaremos practicando y mejorando!
A nivel personal, ha sido una semana intensa. Emociones, reflexiones, introspección, y apertura emocional. Conexión con personas recién conocidas. Conociendo almas muy parecidas que se buscan a sí mismas. Descubriendo caminos, compartiendo historias. Compartir, aprender, crecer.
He conocido personas maravillosas. He disfrutado de la locura de las emociones del ser humano y de la conexión con otras personas en ese momento. He aprendido de todas las personas con las que he compartido ejercicios, momentos de descanso, comidas, de compañeros de trayectos, de proyectos, de escapadas a los lugares más absurdamente hermosos. En los que si te dejas llevar, te pierdes. Y corres el riesgo de no saber encontrar el camino de vuelta. A la realidad.
Me siento a escribir esto con un sabor agridulce en los labios. De que fuera tan bueno. De que durara tan poco. Me llevo un recuerdo, de personas increíbles sacando lo mejor de sí mismos y de los demás. Personas que hacen que el mundo sea un lugar mejor. Que vuelven a casa más sabios, más fuertes, más preparados para contribuir a que la sociedad avance, que se comprometen, que trabajan por un futuro. Estoy muy agradecida por esta experiencia y por este proyecto del que me enorgullece haber formado parte.
¡Gracias a la Fundació Catalunya Voluntària por esta oportunidad, un abrazo!
Anna Tortolero