El día más lluvioso que pueda recordar de este verano pasado, fue un lunes, no recuerdo ni el mes ni el día, pero sé que era un lunes porque recuerdo perfectamente como si fuera ayer que me sucedió algo curioso que no puedo quitarme de la cabeza.
Ese día, recuerdo que estaba frente al ordenador haciendo ciertas gestiones y de repente recibí como aquel que no quiere, un correo electrónico de la Agencia Nacional Española donde me informaban que había sido seleccionado para atender a un seminario anual en Estambul del veintidós dos al veintiséis de octubre. Sonreí por dentro, y pensé – Marcel, esta es la tuya-.
Siempre había tenido la curiosidad de poder visitar este país tan exótico que, curiosamente se encuentra en Europa, y por circunstancias, nunca había podido ir. Pues bien, rápidamente, contesté con un sí rotundo mi confirmación y al cabo de un mes, ya tenía los vuelos comprados.
Esta semana en Turquía ha valido mucho la pena. On Track 3 NEET, es un TC organizado por la Agencia Nacional de Erasmus + turca que se lleva a cabo cada año. Este año, el fantástico congreso, ha invitado a noventa cuatro participantes de veinte nacionalidades diferentes de toda Europa y Asia en el que ha abordado el tema de los malos llamados en nuestro país ‘Ni-Ni’.
Un tema muy actual, y que, aunque pueda parecer poco realista, muchos países de Europa y Asia afrontan esta realidad dentro de la población menor de veinte y cinco años. Tal y como he dicho al principio, sólo hemos estado cinco días, pero han sido igual de intensos que leer una novela de Virginia Woolf. Dentro de los temas que abordamos, hubieron de muy interesantes los que destacaré a continuación.
Esta actividad se realizó el día veintitrés por la tarde de las tres de la tarde hasta las siete. Dentro de los participantes, había ocho jóvenes que gracias a los programas que ofrece Erasmus +, habían dejado atrás un pasado oscuro, lúgubre, caótico y ciertamente triste. De un día para otro habían podido conocer todo lo que este fantástico mundo ofrece, EVS, TC, Youth Exchange entre otros, y hoy son jóvenes que tienen un futuro muy suculento por delante.
Entre estas historias, cada una de estas personas, sin prisa y con un silencio en la sala que hacía pensar que no había absolutamente nadie, explicaron su relato personal, donde más de uno, entre lágrimas acabó. La actividad más aplaudida de la semana, y, gracias a la cual, basaré el estudio que tenemos que hacer de cara al año que viene.
El mismo día por la tarde, hicimos una pequeña excursión a una estación local. Dieron la posibilidad de elegir entre tres, y yo escogí la llamada EKIP.
El gobierno turco, ante la situación caótica y preocupante de la sociedad siria, decidió hace cuestión de un año, dar oportunidades a las mujeres sirias refugiadas en Turquía.
Al lado de nuestro hotel, hay una de las facultades de la Universidad de Estambul. Esta facultad, hace cuestión de seis meses puso en marcha un proyecto para estas mujeres, la cual consiste en tres apartados:
- Enseñar turco
- Crear un espacio único para mujeres con pocas posibilidades laborales.
- Un lugar seguro para ellas, donde no fueran juzgadas ni molestadas y que pudieran sacar lo mejor de ellas mismas.
Por este motivo, el proyecto EKIP, palabra que significa lo mismo en español – Equipo -, consiste en crear huertos urbanos dentro de unos de los jardines de esta facultad, y que ellas mismas puedan cultivar verduras y frutas. Una vez la materia prima esté cultivada, les enseñan a cocinar de manera profesional, y esta comida se vende en el comedor de la facultad.
Un proyecto que ciertamente me fascinó. Hicimos fotos de las señoras, pero por una cuestión religiosa no las puedo enseñar públicamente por petición de ellas.
Última actividad el día, el veinticinco, antes de hacer la despedida entre todo el grupo. En este caso, todas las personas que quisieron pudieron exponer su organización de envío. Durante dos horas, repartido por todas las zonas del hotel habilitadas, había charlas de treinta minutos de duración donde todo el mundo podía ir y escuchar de que hablaba cada persona. Esta actividad era opcional, y no todo el mundo expuso. En este caso, yo si lo hice, y hablé sobre el TC de Georgia y el tema que estamos trabajando sobre la reconciliación. También hablé, pero, del proyecto que estoy haciendo sobre LGBT + en Letonia.
Proyectos que tuvieron muy buena aceptación, y que muchas personas pusieron un interés especial. Acabé muy contento al ver que las personas habían estado atentas y que realmente habían mostrado interés.
Ese mismo día, a las siete de la tarde hicimos la despedida, me hubiera gustado, sin embargo, que estas jornadas hubieran tenido una duración más larga, me he quedado con ganas de más.
De alguna manera u otra, los países que se encuentran cerca de Turquía siempre salen reflejados en aquella famosa frase de ‘Las mil y una noches’. Aparte de trabajar mucho, porque, sí, lo hemos hecho de valientes, también hemos podido disfrutar de tiempo, a pesar de ser poco, para ver la ciudad de Estambul, disfrutar de la atmósfera tanto singular que tiene, al tiempo, de poder respirar el espíritu tanto personal que hace de esta ciudad única.
Marcel