Mi primer viaje a Europa fue lugar hace ya casi tres años y tuve la oportunidad de visitar el norte de España y ver el océano por primera vez. Sin embargo, como mi tiempo era limitado y quería pasar más de dos días en Barcelona, pospuse el viaje. De alguna manera sentía que ese viaje debía tener un mayor propósito. Y así fue: sonreí de oreja a oreja cuando me aceptaron para el proyecto de Servicio Voluntario Europeo (SVE) en Barcelona.

Sucedió todo tan rápido que ni lo pude controlar para nada. Cuando llegué a Barcelona, lo único que hice fue sentarme y disfrutar del momento. Era el comienzo de mi nueva vida en esta ciudad, pero también de mi aventura SVE.

Otro motivo por el que consideré ese momento milagroso fue porque en realidad ese día cumplía 26 años. Como ya habían pasado varios años desde que no celebraba mi cumpleaños en mi casa, con mi familia y mis amigos de toda la vida, no me resultó tan duro celebrarlo en un lugar con solo dos personas que conocían mi nombre. Incluso lo disfruté. Estaba agradecido. Comencé el día viendo el amanecer.

Me dediqué todo el día a reflexionar, escribir, evaluarme, soñar y sentir. Por la tarde, mientras daba un paseo, me perdí en la ciudad e incluso me encontré un concierto. Me gusta pensar que el concierto solo se había organizado para mí.

18578826_1983550748531758_1467026937_nAl final, la realidad y los obstáculos aparecieron: encontrar un alojamiento y mediar con problemas burocráticos para obtener los documentos legales, registros, etc. Aunque estaba muy perdido en esos papeleos, seguía confiando en mí mismo y me sentía lo suficientemente fuerte como para resolver todo lo que tenía pendiente.

Tenía la mente abierta y positiva, así que los problemas se solucionaron. Después de algunas dificultades, gracias a la gran ayuda y los consejos de la gente con la que trabajaba, obtuvimos los documentos que necesitaba y conseguí una buena habitación en un buen sitio. En vacaciones de Pascua, incluso fui capaz de gestionar mi primer viaje a otra ciudad de Cataluña. Me encantó la naturaleza de esta región. Cada día conocía a más gente increíble. Lleida fue nuestro primer destino y todas aquellas aventuras, senderismo, montañas y vistas sobrecogedoras me dejaban sin palabras.

Si quieres saber más sobre cómo me acostumbré al trabajo en la oficina y sobre mi formación al llegar allí, mantente atento.

Asmin