¿Forest of Dean? ¿Qué es esto? Se pregunta la mayoría de gente cuando escuchan este nombre. Es donde estoy viviendo yo, Mireia de Sant Just Desvern, desde Octubre del año pasado 2017. Es un bosque al sur de Inglaterra donde se encuentra un mágico lugar llamado “ASHA Centre”, un lugar donde 8 voluntarios de diferentes países, junto con otros trabajadores, mayoritariamente también de otras regiones, trabajan juntos para proporcionar el espacio a muchos jóvenes de diferentes países para encontrarse y aprender todo tipo de diferentes cosas. Este sitio está basado en la filosofía de Rudolf Stainer, un filósofo del siglo pasado que empezó a hablar de biodinámica en el huerto y autosustentamiento de la vivienda. Aunque ASHA no es completamente autosostenible, sí que se le parece.
La primera vez que llegué a este sitio no sabía dónde venía exactamente, salía del bachillerato hacia la aventura y llegué a un sitio lejos de todo con mucha gente que hablaba inglés. Al principio me costó adaptarme al idioma y a las nuevas costumbres, pequeños detalles que me hacían la vida más difícil. Pero, para compensar estas pequeñas dificultades, tenía cada mañana, desde mi habitación, unas vistas increíbles.
Poco a poco el inglés se ha ido haciendo más fácil y ahora, aunque aún me queda mucho camino para llegar a hablar como me gustaría, ya puedo entender y hacerme entender. Hay incluso veces que tengo problemas para hablar el catalán, ya que me surge traducirlo al inglés mentalmente, así que perdonad si algunas frases suenan un poco extrañas.
En este pequeño rincón del mundo estoy aprendiendo muchas cosas prácticas que siempre he querido saber, sobretodo aspectos básicos en cuanto el huerto y la cocina.
Pero podríamos decir que lo que me hace más feliz de estar aprendiendo es el aspecto social y un poco de autoconocimiento. ¿Qué aspecto social podría haber en este sitio tan alejado de la sociedad? Vivir en una casa con quince personas, en un sitio de trabajo con diez personas más, donde mensualmente vienen unos treinta jóvenes, creo que da bastante material donde aprender. El hecho de conocer tanta gente con tantas opiniones y experiencias diferentes, me da muchas cosas en las que pensar, y el hecho de hacer tascas en el exterior, me da el tiempo. Gracias a todo esto y a las personas increíbles que pasan por ASHA, he podido aprender mucho de mí misma, cosa que espero que siempre se quede conmigo.
Por eso, recomiendo muchísimo a todas las personas que tengan la oportunidad de hacer un SVE, hacedlo. No lo dudéis. Pero mi consejo es que vayáis con cuidado y os aseguréis que la organización que os acoja sea la que os convenga. Decidir qué tipo de proyecto queréis, porque ASHA es un sitio increíble, pero si de verdad queréis sentir estáis cambiando alguna cosa durante vuestro voluntariado, os recomiendo un proyecto más humanitario. Y también vigilar cómo es la organización, porque yo he tenido mucha suerte y he acabado en un sitio donde me han cuidado mucho, pero he conocido muchos voluntarios de otros sitios que lo estaban pasando mal por culpa de la organización de acogida.
Pero bueno, en resumen, si tenéis precaución a la hora de escoger, SVE es una oportunidad increíble que no se debe desaprovechar.
Mireia.