Son las seis de la mañana y el avión aterriza después de cinco horas; fue un vuelo largo pero cómodo. Más tarde, nuestro equipo procedente de Barcelona, ​​formado por dos chicas alemanas, una chica catalana y yo, llegó a Rustavi, una ciudad cercana a Tbilisi, la capital de Georgia. Dejamos nuestro equipaje y nos vamos a dormir. La aventura acaba de empezar. Ocho días después, abandonaba Rustavi y aún no era consciente de todo lo que había pasado. curso formacion

Al tratarse de ser el primer proyecto de educación no formal de este estilo en el que participaba me encontraba muy expectante y con una gran dosis de curiosidad. Así pues, el curso de formación sobre construcción de paz y transformación de conflictos que tuvo lugar en Rustavi fue una experiencia maravillosa y rica, además de ser su primer contacto con Georgia y el Cáucaso, una región que me llama mucho la atención.

Personas de todo el mundo participaron en el proyecto, provenientes de ocho países y al menos catorce nacionalidades diferentes. Una mezcla muy interesante que nos demuestra que la variedad es la especie de la vida. Qué teníamos en común todos nosotros? Qué compartían Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Macedonia, Siria, Alemania, Indonesia, Turquía, Suiza, Rusia, India, Cataluña, Países Bajos y Ucrania?

Es evidente que todos los participantes teníamos pensamientos, opiniones y procedencias diferentes. También es evidente que todos los participantes abordamos problemas desde diferentes realidades. En este sentido, hay que entender los diferentes contextos para descifrar cómo la gente piensa y actúa en otras partes del mundo. Debemos escuchar más las historias de los demás y, si es posible, ir al extranjero, donde descubriremos nuevas perspectivas del activismo y la participación de los jóvenes, tanto en ámbitos locales como en internacionales.

En cuanto a las preguntas anteriores, puedo decir que, en lo que respecta a mí, tenemos afortunadamente cosas en común. Muchas, en realidad. Todos estamos ligados por un hilo llamado juventud. Significa que intentamos entender el papel de la juventud hoy en día y, sobre todo, tratamos de enfrentarnos a los conflictos y los problemas que pasan en nuestras comunidades.

Hasta aquellos momentos, no sabía qué querían decir exactamente términos como juventud, conflicto, paz, poder y violencia. Así pues, además de tener una experiencia enriquecedora con otros jóvenes constructores de paz, también aprendí el significado de todos estos complejos y poderosos conceptos que exploramos a través de métodos de educación no formal.

Permítanme describir una actividad relacionada con el poder, para dar un ejemplo. Esta palabra sencilla -y complicada a la vez- tiene diferentes definiciones y comprensiones. Pero, que pasó si intenta explicar esta palabra a través de las herramientas de la educación no formal?

Hicimos una actividad práctica en la que los participantes tenían que explicar el concepto de poder creando figuras con sólo tres sillas. Sí, suena raro, no? A través de la actividad se mostraron diversos conceptos de poder. Algunas personas entendieron el concepto como jerarquía, otros como noción de compartir y otros como opresión. Y, según esto, las sillas estaban organizadas de manera diferente.

Tiempo atrás, cuando cursaba mis estudios en Relaciones Internacionales, hice una asignatura sobre resolución de conflictos. Estudié teorías, pero nunca las apliqué a ninguna actividad. Después de esto me di cuenta de la importancia de la educación no formal. Durante la formación contemplé como a través de una interacción constante entre formadores y participantes la comprensión de las ideas cambiaba radicalmente.

Sólo sé que no sé nada, como dijo Platón. Porque cuanto más veo, menos sé. El conocimiento real se encuentra en una realidad material que requiere cambios urgentes.

Escrito por Martin Madridejos, quien ha formado parte de la formación organizada por UNOY ‘Strengthening Capacities for Youth-Led Peace Initiatives’.