Bienvenidos futuros voluntarios,
realizo este escrito con el propósito de compartir la experiencia que viví durante el intercambio juvenil que realicé. En el período primaveral decidí realizar un viaje diferente, por lo que me sumergí en el proyecto internacional Ecomission, el cual trata sobe los problemas medioambientales en los países y cuál es la contribución por parte de los gobiernos para solucionarlos.
Para ser sincera con vosotros, nunca me había planteado viajar a la zona del báltico, pero mi pasión por la naturaleza me llevó a aventurarme en este proyecto que, sin lugar a duda, me ha hecho enriquecerme en diversos aspectos gracias a las personas de diferentes culturas que he podido conocer y la buena atmósfera que se generó entre todos nosotros. Este proyecto se formaba por 6 grupos de personas de diferentes nacionalidades (turca, catalana, letona, rumana, maltesa y búlgara) lo que generó un increíble grupo multicultural, al cual echo mucho de menos.
Durante nuestra estancia en Rezekne nos acogió la organización World Our Home. Fue una gran suerte estar bajo la supervisión de esta organización, ya que puso a nuestra disposición todas sus instalaciones y servicios. Por ejemplo, cada noche nos dejaban una sala para realizar fiestas y siempre nos estaban ofreciendo comida y bebida.
En un primer momento la zona báltica resultó impactante, debido a que es muy diferente a lo que yo estaba acostumbrada a ver en Barcelona, fue como viajar al pasado. Mi recuerdo de Letonia y Lituania es de un lugar muy religioso, gris y aburrido, pero la experiencia se tiñó de divertidos e inolvidables momentos gracias a nuestro gran equipo formado por unas 40 personas, que hicieron de este lugar nuestro hogar.
La organización World Our Home se encargaba de gestionar nuestros horarios para poder organizar todas las actividades programadas. Realizamos dinámicas de grupo, debates sobre temas medioambientales, talleres de cerámica, un flashmob, la noche intercultural y diferentes rutas turísticas por toda Letonia. Aunque me gustaría resaltar dos actividades en especial: en primer lugar, la noche intercultural en la que los diferentes grupos compartieron con los demás los productos y cocina típica de su país y, en segundo lugar, las dinámicas de grupo, que consistían en juegos para romper el hielo y conocer mejor a los otros compañeros.
Después de todo lo anterior, puedo decir que me siento feliz de haber podido disfrutar de esta oportunidad increíble y, como ha quedado presente en lo escrito hasta ahora, que he disfrutado mucho. Recomiendo a todos vosotros que hagáis algo diferente a lo largo de vuestras vidas y salgáis de la zona de confort. Para finalizar, me gustaría dar las gracias a las organizaciones Fundació Catalunya Volutària y Wolrd Our Home. Ha sido un placer conoceros y saber que ambas estáis trabajando para expandir los horizontes de la gente joven.
Iraïs