Mi primer baño en el Mar Negro fue especial. Llevaba tiempo esperando ese momento, hasta que  finalmente lo conseguí en la costa georgiana, en una agradable playa en Kobuleti, una ciudad de unos 20.000 habitantes. Un sol radiante, una temperatura agradable y una gran cantidad de Kachapuris hicieron de esta experiencia algo único e inolvidable.

Así pues, el Hotel Amigo acogió el segundo curso de formación presencial de Strengthening Capacities for Youth-led Peace Initiatives, un programa de nueve meses (de diciembre de 2018 a septiembre de 2019) organizado por APD (Academy for Peace and Development) y UNOY (United Network of Young Peacebuilders) en el que 25 jóvenes de diferentes partes del mundo reciben una formación para desarrollar proyectos locales desde la perspectiva de la resolución de conflictos y la construcción de paz.

La primera formación fue en Febrero en Rustavi, una ciudad cercana a la capital de Georgia, en la que hablamos acerca de las diferentes herramientas para resolver y analizar conflictos, y elaboramos un plan para analizar los problemas en nuestras comunidades locales. Tras esta primera formación, los diferentes participantes –organizados mediante países- estuvimos investigando durante tres meses (de Febrero a Mayo), realizando entrevistas y yendo a diferentes actos.

Esta vez, del 13 al 21 de mayo, asistimos a Kobuleti para formarnos en la gestión y el diseño de proyectos con perspectiva de paz. A lo largo de esos intensos ocho días, acompañados de un ambiente saludable y divertido, estuvimos reflexionando sobre los análisis que habíamos hecho en nuestras comunidades locales, así como recordando las diferentes herramientas utilizadas con anterioridad.

Tras una visita a Batumi (capital de Adjaria) y a su precioso Jardín Botánico, empezó la parte dura e importante de la formación: el diseño del proyecto en sí. En este sentido, mediante las herramientas de la Teoría del Cambio y el Marco Lógico, pudimos diseñar, o al menos crear un esbozo, de las futuras actividades que nos gustaría desarrollar en nuestras comunidades.

Después de esta útil e interesante formación los diferentes participantes nos embarcamos ahora en la difícil y necesaria de tarea de poner las cosas en práctica. Tras estos meses de investigación y formación, en los que también hemos creado unas bonitas redes de amistad, muchas incógnitas y esperanzas se plantean al mismo tiempo ¿Qué futuro nos espera –a nosotros y a nuestras comunidades- en el camino hacia la construcción paz?