Hola, ¿qué tal? Me llamo Pilar, y desde principios de enero de 2020 estoy haciendo un voluntariado en un pueblo de Grecia llamado Xylokastro.

El día que tenía el viaje me sentía algo nerviosa porque no había viajado mucho fuera de España y no sabía muy bien lo que me iba a encontrar por aquí, pero en el aeropuerto me encontré con un chico que iba a compartir casa conmigo (aunque su proyecto sería distinto) y de esta manera me sentí más tranquila.

Una vez llegamos al pueblo nos dimos cuenta que este no era muy grande, pero tenía playa y un gran bosque cerca, por lo que nos pareció muy bonito. En la estación de autobuses nos recibieron algunos de los voluntarios y aquí empezó nuestra aventura.

La casa era muy grande y a partir de febrero vendrían nuevos voluntarios de corta estancia (unos 2 meses) que se alojarían en otra casa cercana a la nuestra por lo que podríamos hacer muchas actividades juntos.

Nuestra oganización de acogida nos recibió con mucho gusto y a los pocos días empecé a trabajar como voluntaria en una escuela infantil. El primer día fue un poco extraño porque yo no sabía casi nada de griego, los niños solamente hablaban este idioma y algunos de los trabajadores del centro apenas sabían inglés, pero poco a poco nos entendíamos mejor (he de decir que las clases semanales de griego me iban ayudando a captar nuevas palabras y a utilizarlas en mi día a día).

Con los niños, aunque parezca extraño, el trabajo con ellos era muy fácil. Desde el principio me trataron como una más, sin importar mi idioma, y querían jugar conmigo todo el tiempo. Algunas de las tareas que realizo son: preparar y limpiar las mesas para el desayuno y el almuerzo (yo como con ellos también), ayudar a los niños a lavarse las manos, ayudarles con las actividades de motricidad fina (hacer dibujos, hacer figuras con plastilina, etc.).

Durante nuestro tiempo libre, los voluntarios cocinamos nuevas recetas, realizamos actividades grupales entre todos (diversas dinámicas), vemos películas en inglés con subtítulos, etc. Incluso creamos un huerto y ahora ya podemos observar cómo han crecido las plantas.

Algunos findes de semana solíamos viajar a algunos sitios cercanos para conocer un poco más los rincones griegos. Hemos ido, por ejemplo, a Nauplia, a algunos lugares cercanos a las montañas, etc.

A últimos de febrero tuvimos nuestro deseado On arrival training en Volos. Este training fue de casi una semana de duracion y allí conocimos a nuevos voluntarios que estaban en distintos lugares de Grecia. Fueron unos días increíbles, puesto que nos alojamos en un hotel e hicimos muchas actividades juntos para conocer un poco más sobre el CES.

A partir de estas fechas todo empezó a cambiar… Llegaron los primeros casos de COVID-19 al país, y partir de entonces empezaron a cerrar pequeñas tiendas, a suspender eventos, a cerrar las escuelas, e incluso se prohibió salir a la calle sin una causa justificada como ir a la farmacia o al supermercado. La escuela en la que estaba de voluntaria también cerró y a partir de entonces tenía bastante tiempo libre para leer, cocinar, ver películas, etc., porque tampoco podíamos viajar.

Todo esto sirvió para unir aún más al grupo de voluntarios y hacer más planes dentro del hogar (noches culturales, barbacoas, etc.).  Algunos voluntarios de corta estancia que vinieron para dos meses aún siguen aquí, ya que en esta situación es difícil viajar. ¡Lo positivo de esto es que al menos así estamos más acompañados y tenemos menos tiempo para aburrirnos!

Hace varios días empezamos a ir unas dos horas por la mañana a lijar la pintura antigua de las vallas cercanas al bosque, y después empezamos a pintarlas con pintura negra. Esta actividad nos sirve para hacer algo distinto en nuestro día a día.

Aqui hay muchos menos casos positivos que en España, pero para evitar la propagación del virus había que estar en casa. Ahora en mayo, poco a poco, todo va volviendo a la normalidad: están empezando a volver a abrir otras tiendas, ya las personas pueden salir a la calle manteniendo la distancia de seguridad, etc., pero tenemos que llevar máscarillas durante un tiempo si vamos a sitios cerrados (por ejemplo a los supermercados), y lugares como museos, teatros, etc. se desconoce aún cuándo volverán a abrir.

Por el momento sabemos que las escuelas infantiles las quieren volver a abrir a principios de junio, pero no es algo seguro: todo dependerá de cómo vaya la situación. Así pues, tenemos que tener mucha paciencia y confiar en que todo saldrá bien. Yo, sino hay cambios, volveré a España a principios de julio, y aunque debido al COVID-19 la experiencia no está siendo tan enriquecedora como podria haber sido sino hubiera pasado esto, me siento bastante bien aquí y hay muchos momentos que no cambiaría por nada en el mundo. ¡Sin dudas recomiendo vivir la experiencia!