Chipre es una isla dividida que ha unido a varios jóvenes este septiembre. Gracias a la Fundación Catalunya Voluntaria Gemma, Anna, Alba, Mohammed, Abel y Erola hemos pasado los primeros días del mes de septiembre en la isla de Chipre. Hemos hecho un intercambio juvenil llamado ECO-TOGETHER, organizado por la entidad Youth for Exchange y Understanding Cyprus (YEU Cyprus), donde hemos compartido la experiencia con jóvenes de otros 7 países europeos: Chipre, Serbia, Italia, Ucrania, Croacia, Lituania y Austria. En total éramos unos 50 jóvenes en un pequeño pueblo en el centro de la isla, Pedoulas, rodeado de naturaleza.
El eje principal del intercambio era la sostenibilidad, a través de dinámicas, roles, conferencias, debates y juegos, hemos trabajado este tema en profundidad, pero también hemos tocado otros temas como los estereotipos o el bagaje cultural tanto en nivel comunitario, como a nivel individual. Gracias a todas estas actividades, propuestas en gran parte por los facilitadores del intercambio, así como por los líderes de cada país, hemos aprendido muchísimo.
Un día del proyecto fuimos a Nicosia, la capital, donde después de realizar un tour turístico que nos ayudó a entender mejor la realidad de la ciudad, tuvimos tiempo para descubrirla a nuestro aire. Es una realidad atípica puesto que es la última ciudad del mundo que está dividida y tiene una frontera en medio llamada “green line”, dividiendo la parte griega de la turca. Se ve y se nota el contraste cultural por un lado y el otro.
Una vez terminado el proyecto ECO-TOGETHER aprovechamos para visitar la isla, nuestro destino fue Pafos, ya que es una ciudad turística llena de historia y arqueología. Aquí hemos estado los dos últimos días de la experiencia, donde hemos podido conocernos mejor entre nosotros y disfrutar de tiempo libre en la isla.
Lo más destacable de todo ello ha sido convivir una semana con personas de diferentes países. Esto nos ha permitido saber más sobre otras realidades de jóvenes europeos y conocer de primera mano sus historias y la realidad en su país de origen. Hemos conocido a personas muy interesantes, y también hemos hecho un equipo muy bonito en el que nos hemos cuidado mucho entre nosotros y todo el mundo ha tenido un rol imprescindible. Ha sido muy enriquecedor porque dentro del grupo cada uno aportaba su esencia; hemos reído, hemos aprendido y sobre todo nos lo hemos pasado muy bien.
Para la mayoría de nosotros era la primera (o de las primeras experiencias en intercambios juveniles), hemos vuelto cansadas, pero muy contentas de la experiencia, ya que nos ha permitido aprender mucho y relacionarnos con jóvenes que tenían mucho que decir de otras partes de Europa. Todas compartimos que ha sido una experiencia muy bonita, y volvemos con ganas de reencontrarnos y participar en más intercambios.
FCV team,
Anna Xumetra, Gemma Naspler, Abel Camacho, Alba Lucia Quintans, Mohamed Touhami y Erola Giramé