El pasado 15 de agosto nos embarcamos con la maleta llena de ganas e ilusión hacia Tesalónica, la primera parada en nuestro viaje.
A primera vista Tesalónica se aleja muchísimo de cualquier ciudad europea con renombre, pero destaca por encontrar ruinas, iglesias y cafeterías a cada paso. Nos sorprendimos al descubrir que la mayoría de los habitantes apenas hablaban inglés, pero aun así estaban dispuestos a ayudarnos.
Los dos primeros días disfrutamos de la ciudad, la comida y el café. Al final del último día nos dirigimos al punto de encuentro. Teníamos muchas ganas y nervios de conocer a las personas con las que íbamos a vivir la experiencia durante 10 días. Para ambas fue el primer training y no sabíamos que íbamos a encontrarnos. En la estación de tren de Tesalónica conocimos a los 30 jóvenes de diferentes países que iban a participar en el curso de formación “COFFEE: Colorful Fighters For European Empowerment” y pusimos rumbo a Palaios Panteleimos.
Esa primera noche llegamos al hotel, donde pasamos el resto de los días, y la sorpresa fue aún más grande al ver de día las vistas inmensas que nos deparaban. El cielo de azul intenso, combinados paisajes de bosque y mar, resultaron una compañía constante, tanto de día como de noche.
Ni que hablar de la comida, la hospitalidad y la forma que aquella pequeña familia recibió durante tantos días a 30 participantes. Abundantes platos de comida típica y casera, hechos por “Miss Poppy” nos deleitaron a lo largo del curso.
El curso de formación estaba enfocado en el empoderamiento de los jóvenes en los temas LGTB+ a través de la educación no formal para adoptar actitudes y posiciones activas dentro de la sociedad.
El grupo de participantes era muy diverso, lo que nos permitía enriquecerlo aún más, además tuvimos la suerte de contar con 5 formadores expertos en las materias que nos propusieron actividades muy diversas.
El primer día estuvo basado en conocerse entre nosotros y en generar una atmósfera de compañerismo viendo más allá de las fronteras y los diversos puntos de vista. Habiendo terminado el proyecto podemos afirmar que eso se logró con eficacia dado que todos nos hemos hecho muy amigos y nuestras despedidas han sido muy emotivas e intensas.
Los tres siguientes días se enfocaron en temas teóricos como ser LGBT+ y derechos humanos, expresiones Queer, Medios de comunicación y religión, donde cada país tuvo la oportunidad de exponer y dar a conocer las diversas políticas aplicadas a los temas en cuestión. El trato con estos temas se vinculó principalmente con el maltrato y la homofobia que reciben muchas personas y sobre todo el derecho que tienen los seres humanos de expresarse diversamente y no ser reprimidos ni oprimidos por ello.
El cuarto día tuvimos la oportunidad de ir a Meteora y la ciudad de Trikala donde pudimos disfrutar de unas vistas muy similares a Montserrat, pero con la diferencia de que cada montaña estaba coronada con un pequeño monasterio.
El sexto y séptimo día estuvo abocado básicamente a la acción y al empoderamiento. Dentro de estas dos jornadas intensas pudimos destacar como una de las mejores actividades el teatro del oprimido, donde realizamos diversas muestras de teatro invisible en la playa. Así mismo los participantes del curso tuvieron la oportunidad de desarrollar diversos talleres en torno a la temática en cuestión para dar a conocer otros puntos de vista y aportar conocimiento.
Los dos últimos días giraron en torno a las diversas propuestas que teníamos para aportar y para gestionar dentro de nuestro marco local así como internacional, viendo de qué forma y bajo cuáles ideas podríamos aportar para cambiar las situaciones de maltrato y represión que viven diariamente la comunidad LGBT+. Así mismo tomamos noción de las oportunidades que ofrece Erasmus+ y del crecimiento personal que uno recibe a través de la educación no formal, viajando y conociendo personas de todas partes del mundo.
Por último mencionar que a pesar del cansancio diario, a lo largo de la noche también continuábamos con los intercambios culturales, realizando proyecciones de cine, bailes, y videos.
Las dos participantes íbamos con unas expectativas y objetivos distintos a los que no encontramos. Pudimos reflexionar muchísimo sobre la situación del colectivo LGTB+ en Europa y que podemos hacer a nivel personal para luchar en contra de discriminación e injusticias que sufren cada día.
Concluimos que el género es un término estructurado social y culturalmente y que por lo tanto se deberían ampliar los marcos normativos para dejar entrar aquellas identidades que no corresponden con el binarismo masculino/femenino y abrir paso a la diversidad bajo todas sus formas y colores.
Geraldine i Zuleica