El 26 de septiembre la FCV participó en el encuentro por el intercambio de buenas prácticas en materia de cooperación internacional organizada por el Institut Català Internacional per la Pau -ICIP, en la Sala Martí l’Humà del Museo de Historia de Barcelona, dedicada a los sistemas para la puesta en práctica de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y, más concretamente, a su objetivo número 16, que habla de promover sociedades justas, pacíficas y inclusivas  y el 17, que habla de  revitalizar la alianza global para el desarrollo sostenible.

Los máximos responsables de las agencias gubernamentales de cooperación internacional de Murcia, Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana, Cantabria, Canarias y Cataluña, junto con el director de la Oficina del Alto Comisionado para la agenda 2030 del Gobierno, y expertos, de la Fundación CIDOB (Barcelona) y del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (Madrid) compartieron información sobre los programas que realizan, los retos que se encuentran para hacer transversal los esfuerzos de los respectivos gobiernos, internamente, para coordinarse con las autoridades locales y entre regionales, estatales, europeas e internacionales, así como el papel que juegan los mismos ODS en la configuración de las políticas públicas de cooperación internacional y hasta qué punto exigen la realización de cambios y nuevos esfuerzos de sensibilización, educación, gestión y evaluación y gestión.

En el encuentro también participaron directivos del ICIP, de la Agencia Catalana de Cooperación internacional y representantes de la sociedad civil, como, por ejemplo, ACNUR, y de la administración pública, como, por ejemplo, la responsable de la Oficina de Europa y de Estrategia internacional de la Diputación de Barcelona.

En un ambiente distendido, a raíz del pequeño número de participantes, Lluc Martí, coordinador del programa ‘Voces por la Paz’ realizó 3 breves contribuciones al debate, respondiendo a una de las preguntas lanzadas a la mesa, sobre cómo eliminar las diferentes formas de violencia, remarcando la necesidad de priorizar y asumir responsabilidades para sacar la violencia y el acoso de los centros educativos y mencionando la utilidad y relevancia de todo un conjunto de conocimientos de la educación para la paz que, a pesar de su ausencia de la educación formal / reglada, son válidos para prevenir y luchar en contra de las diferentes formas de violencia, como son los conocimientos sobre la transformación de conflictos o la comunicación no-violenta.

En relación a uno de los grandes retos para alcanzar resultados relevantes en las metas globales que marcan los ODS, como es la participación, para que aumente el número de personas jóvenes que participan (así como la calidad de su participación y la diversidad de personas que participan) en actividades de sensibilización, solidarias, transformadoras en todos los temas de los que se ocupan los ODS, ante el paradigma actual, que consiste en dedicar prácticamente todos los esfuerzos materia educativos en ofrecer unos conocimientos teóricos (en materias como educación para la ciudadanía en los estudios universitarios y de grado).

La sugerencia fue cambiar y, en lugar de hablar de educar para participar, hablar de ‘participar para formarse’, dado que la necesidad no está tanto al tener las competencias (conocimientos) necesarios para participar, sino en tener el interés, la motivación y la oportunidad para hacerlo, logrando resultados concretos, lo que, en la nuestra opinión, es mucho más eficaz y coherente con la realidad y mucho más útil para avanzar en los ODS con una mayor participación del conjunto de la sociedad.